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Todo el mundo culé estaba pendiente esta semana de los últimos movimientos que hacía Joan Laporta en su despacho de Camp Nou. No fueron pélvicos, sino de muñeca. El president está ultimando grandes fichajes para que todavía se hable mejor de él cuando ya no esté; el que venga, que se apañe cómo pagarlos. Pero lo realmente importante es que deja el 'muerto' de vender a cracks inservibles para el que sea nuevo presidente. Vender no es tan mediático como fichar a Villa y a Cesc. Dejando a un lado el encumbramiento mediático de Laporta, la gran acción que ha hecho en estos días y que no será reconocida públicamente es la de dejar a Chygrynskiy en el Barça.
El humano que inspiró a George Lucas para dar vida a Chewaka en la 'Guerra de las Galaxias' no se moverá de la Ciudad Condal. El ucraniano respira tranquilo, podrá seguir aprendiendo español, catalán y, además, cobrará más que el pasado año (de 1,2 a 1,4 millones y el que viene 1,6; recordemos que en el Shaktar Donetsk ganaba 3 millones).
Este gesto casi se podría llamar de 'caridad'. El defensa ha sido el hombre de la plantilla que menos ha demostrado este año y, aún así, le han asegurado que permanecerá en el club. Los 25 millones que costó parecen ser irrecuperables y son excesivos para que desarrolle labores junto al utillero. Así que insistirán en que sea un defensa de garantías, como Piqué (jeje, perdón).
En serio, tan malo no puede ser. El futbolista de Europa del este no daba ni los pases en defensa bien... en cuanto empiece de cero como los demás y realizando la pretemporada como uno más, sus nervios tendrán que desaparecer.
Aunque no deben tener excesiva confianza en él cuando han ampliado el contrato de Milito hasta 2012. Este acuerdo debe haber sido en una conversación así:
- Presi esto... que enhorabuena y todo eso pero que yo acabo contrato el año que viene y bueno; ya que se va, ¿le importaría ampliar mi contrato un añito más? Es que, a ver qué club grande me quiere con 31 años.
- Bueno Gabi, ¡si a mi me da igual! Yo firmo lo que tú me pidas, que estoy de rebajas.
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