He tardado en hablar de este incidente porque busqué repeticiones y cámaras distintas. Necesitaba explorar todos los ángulos para cerciorarme de que era real: Forlán pidió a 50.000 personas que se la chuparan. Fue el jueves por la noche. No estoy seguro de a qué se referiría pero, por las necesidades fisiológicas básicas de un futbolista, me imagino que habla de sexo. El desgaste iba a ser tremendo.
Un chino de la China Popular dijo una vez a otro chino que alguien inteligente se comporta con frialdad en los momentos de más presión. Como Forlán no lee este blog, seguirá sin saber qué conlleva su frase de ¡chupádmela! (a cada uno de los aficionados del Club Atlético de Madrid SA). La excusa es que “estaba caliente”. No hace falta que lo jures. Pero tampoco es para ponerse así.
Imagino que un tío, en una discoteca, después de ver durante un buen rato un escote, se acerca a ese escote y le dice: “¡chupádmela!”. A qué está feo, ¿eh, Forlán? Ah, es que como está caliente... puede decir lo que quiera. No señor.
A ver, es distinto lo de una discoteca a lo de Forlán. De acuerdo, Forlán, con 50.000 personas en las gradas, tenía más posibilidades que el borracho. Además, el rubio seguro que tiene groupies (o balompies, en el caso del fútbol). Pero debe ser más discreto la próxima vez.
Las amigas de mis amigos de Barcelona (¡uh, vaya lío!) comentaron que hace unos años, llegó un futbolista del Barça (todavía sigue jugando) a una de ellas y dijo: “Soy Xxxx y te quiero aquí y ahora”. La chica miró hacia abajo y dijo: “No”. El hacer la proposición por unidad (no en montones de 50.000) el sistema requiere más trabajo, pero es más discreto. Además, no hay cámaras que posibiliten que toda la sociedad vea el llamamiento de tal necesidad personal.
Son dos estilos. Uno más personal, íntimo aunque directo. El otro es más basto, demostrando que no tiene ni la delicadeza de elegir entre miles de personas. Le vale cualquiera y todas a la vez.
Otros datos negativos del ofrecimiento a toda una masa social. En el curriculum queda espantoso 50.000 'NO'. Un amigo mío, con la moral muy alta, es capaz de hacer proposiciones a todas las chicas de una discoteca y hay días que se va a la cama con las manos vacías. Bueno, que se va a la cama solo.
La estadística no falla y a cuantas más preguntes, más posibilidades de ganar. Así, con 50.000 boletos casi te aseguras un premio. Pero no. Forlán se fue de vacío y está muy feo decir que 50.000 personas me dijeron en una sola noche 'NO'.
Es más, al día siguiente, el viernes, en el entrenamiento, hubo hinchas que se acercaron para darle ánimos: “Venga Forlán, que no pasa nada”. Los telediarios titularon: “La afición perdona a Forlán”. Esto no lo entendí, considero más grave y preocupante que 50.000 te digan 'NO' en una noche a la grosería que dijo ante las cámaras. Pero a lo mejor hay gente que está acostumbrada a esas cifras...
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