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Puede tratarse de un grito de guerra en protesta hacia el equipo nacional. El ¡Raúl, selección! nace como una crítica menor a unos insultos, silbidos o pedir la dimisión del seleccionador. Sin llegar a ser nada preocupante, es una simple amenaza y un toque de atención. Porque lo de este miércoles ante Portugal roza el ridículo y llega a dar hasta un poco de vergüenza, como el 4-1 tan reciente que nos metió Argentina. Desde que España lleva una estrella en el pecho ha sido goleada dos veces, se ve que la 'estrellita' pincha.
Aquí es cuando Marca y As realizan su función social: tirar de las orejas a los internacionales, aquellos jugadores que ganan 6.000 en cada partido con la Roja.
Bien es cierto que ante España todas los equipos ponen un plus de intensidad; pero la defensa no se tomó muy en serio el enfrentamiento (11 goles recibidos en los últimos cuatro partidos). Coño que es Portugal, que la eliminamos en octavos de Sudáfrica y está pidiendo a gritos la vuelta del escudo como moneda nacional.
¿Aún no son conscientes de lo que representan?
La mayoría de los españoles internacionales juegan en Real Madrid y Barcelona. En estos clubes ningún amistoso se considera como tal y sí como una prueba más ante el entrenador, la afición y la prensa. Son conscientes del escudo que llevan y no pueden consentir ninguna derrota, y menos una goleada. Ese es el peso y presión que ha de sentir un internacional español en un partido amistoso para que no pase lo de ayer. Llámenlo concentración.
A pesar del 4-0, la RFEF que preside Ángel María Villar se fue descontenta (además de por el saco de goles) por el aspecto de las gradas. No es que les disgustara el color de las sillas, sino que el partido servía para dar impulso a la Candidatura Ibérica de cara a albergar el Mundial de 2018. En el estadio con capacidad para 60.000 personas habría unas 20.000. Y eso que Portugal se enfrentaba a la campeona del Mundo.
Triste despedida de un 2010 maravilloso para España. Como consuelo, dos frases:
- Vicente del Bosque, disgustado: "Peor no se puede jugar".
- Cesc se dirige a España: "Perdón".
(No pasa nada)
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