Vuelve a ser mortal, a estar entre nosotros. En España. Su pecho ha dicho basta y su garganta ha entonado: 'Manolo, vamos pa' España'. A partir de hoy las vuvuzelas se han quedado solitarias, sin el bombo que las hacía sombra cuando jugaba la Roja. En el último entrenamiento de la Selección, Vicente del Bosque ha sermoneado que al mínimo fallo, con un pequeño despiste, te vuelves a casa sin darte cuenta. Así le ha pasado a Manolo y su bombo... la pasión le pudo y se quedó en manga corta en varios partidos donde rondaba una temperatura de 0º (y no, Manolo, esto no significa ni frío ni calor). La Roja, al conocer esta baja, ha modificado su sistema de juego ante Paraguay.
"Al final la pasión te puede y aunque fui al último partido con dos pantalones, dos camisetas y el abrigo, me quedé en manga corta". Arrepentido y poniendo excusas de un niño de ocho años, Manolo el del Bombo terminaba de hacer su maleta camino de España, donde ha de recuperarse de una 'neumonía sudafricana'. Su bombo también viaja con él. "Al final te tienes que quedar una hora haciéndote fotos con los aficionados y claro, me quedé frío", explica esta estrella mediática de la percusión.
"Gracias a los médicos de la Selección y gracias a toda España", comenta para los compañeros de Marca (siempre donde está la noticia) al tiempo que rompe a llorar. Pobre Manolo, cuatro años esperando a esto y le mandan a casa antes de cuartos de final. Sus defensas (corporales) no han pasado ni de octavos de final, como la Inglaterra de Capello.
El aficionado más famoso de España aún tiene esperanzas de volver. Pretende alcanzar dos objetivos difíciles: que la neumonía se le cure antes del 11 de julio y que España juegue ese día la final del Mundial. No sé qué es más difícil de conseguir.
¿Y si España ganase el Mundial sin Manolo? (Mandaría huevos) No faltaría gente que dijera que es un gafe. Otros expertos analistas del balompié han subrayado a día de hoy que sin otra gente tan importante para el equipo -como Raúl González- ya se han conseguido metas tan importantes como una Eurocopa.
Por no perder la costumbre, y aunque su tarea en el campo sea imposible de igualar, alguien podría ir con un bombo al Ellis Park de Johannesburgo este sábado. Aunque no se llame Manolo y no lo sepa tocar con la melodía del hostelero de Valencia.
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