Cuarenta y cinco millones de personas en vilo y al final Paul tenía razón. ¡Qué gozada! Los alemanes sólo pueden presumir sobre nosotros de tecnología, ya no tanto de fútbol. España entera festejó por todo lo alto que este lunes tiene excusas para llegar tarde o en un mal estado a trabajar... ¡Eso quien vaya a currar!
En Brasil, cada vez que se conquista una Copa del Mundo, imponen que el día siguiente es festivo. El país sale a la calle y eso incita a animar con más fuerza durante el Mundial. Sí, los jugadores se llevarás 600.000 euros, pero el país entero tiene un día de libranza más; eso a veces es impagable.
Ha sido una victoria épica, 115 minutos para meter el dichoso balón. Iniesta se hace hueco en la leyenda (a pase de Torres, para sus detractores) junto a Paul. El pulpo no ha fallado una predicción en todo el Mundial, debían darle el Balón de Oro a él, y no a Diego Forlán.
Como colofón, Camacho nos ha deleitado con un nuevo "goooooooooooooooooooooooooooooooooool" que ha sacado tantas carcajadas como 'Chiquito de la Calzada' (es otro estilo). Además, Casillas tenía más ganas de protagonismo y no fue suficiente que levantase la Copa del Mundo (¡qué bien suena!) e hiciera dos paradas memorables... sino que dio un beso en directo a la reportera, su novia, Sara Carbonero. ¡Como las películas de amor y final feliz!
El beso a la Copa y a la Carbonero fue el colofón a un Mundial histórico para nosotros. Los bares, en la noche del domingo, han dado cuenta de ello.
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