
Fue lo más impactante del pasado GP de Singapur de Fórmula 1: ver a Emilio Botín saltar y correr... Ni cuando compró Abbey Bank se puso así. Resulta que Fernando Alonso ganó la prueba aunque parecía que el que corría era el señor Botín. Quizás pensó que el vencedor de este domingo era ya el Campeón del Mundo o a lo mejor Alonso le prometió el trofeo si ganaba... o simplemente que le daría un par de besos. El caso es que Don Emilio Botín rejuveneció hasta la adolescencia y se embriagó del poder de la velocidad, la victoria y el protagonismo. Quiso -antes que nadie- saludar y abrazar al héroe de la carrera.
'GRANDE' puso Ferrari en su pizarra cuando Fernando Alonso cruzó la línea de meta. En ese momento, Emilio Botín abandonó el box de la 'Scuderia' para intentar ubicarse en una zona donde el asturiano llegase. Se colocó una valla donde fardó a la gente que estaba por allí de que él conocía a Fernando Alonso, que era amigo suyo y que le pagaba parte de su carrera profesional. Era el momento idóneo para dar envidia por haber ganado una carrera de un deporte que apenas sabía que existía hace unos años.
Pero a esa valla nunca llegó Alonso y, raudo cual Ferrari F10, Botín corrió hacia otra zona donde reposaba el monoplaza. Pero ya no estaba allí y habría que esperar a que subiera al podio para saludarle desde abajo.
- "Oiga, que soy el dueño de los carteles de rojo que pone Santander, ¿puedo subir también al podio?. Es que soy amigo del que ha ganado".
- "No señor, lo siento; pero siéntese en la sala de espera que ahora le llamamos".
De esta manera tan cruel fue tratado, como un ser humano más. Botín, como el mayor de los fans del circuito de Yas Marina, gritó y saltó para llamar la atención del piloto mejor pagado de la parrilla (26 millones de euros). Alonso le vio y le guiñó el ojo.
- "Ha sido a mí, es que es mi amigo", comentó Botín al que tenía al lado.
Al día siguiente, este lunes, su cabeza aún recuerda esa mirada de Alonso, ese guiño de ojo izquierdo... Da igual que la compra del banco estadounidense M&T se haya estancado en estos momentos. Qué son 68 millones de euros en activos comparado con ese guiño de ojo.
Tanta es la adicción que Botín 'sufre' por este deporte, que el banquero está meditando despedir a su chófer para encargarse él mismo de los traslados. En su entorno cuentan que ha abandonado el golf y se está construyendo en el garaje de su casa una pista de karts. Pero esto es sólo el principio ya que piensa, directamente, construir su casa en el circuito del Jarama. 'Si Mahoma no va a la montaña...'.
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