Y seguimos dando vuelta a los 'clásicos'. El nombre es acertado porque, ciertamente, parece que el pueblo no se cansa de ellos, como un buen tema de AC/DC. El Madrid-Barça todavía no ha acabado y aún hay portadas de periódicos que dedican atención a cometarios y resoluciones que llevan a un rincón sin salida y con olor a pis.
Gran culpa de ello tiene la UEFA. Para bien o para mal, removió el asunto con una sanción a Mourinho de cinco partidos (las agresiones físicas para UEFA tienen un castigo menor. Se nota que a ellos nadie les da el puñetazo y que les molesta más los 'disparos' desde un micrófono) y luego dejan en 'libertad' a Cristiano Ronaldo e Iker Casillas por hacer casi lo mismo que su técnico. Y Pepe tan contento.
Un párrafo a parte está el tema de Busquets. Un excelente jugador que está obsesionado con taparse la cara cada vez que le dan una golpe de cintura hacia arriba. ¿De qué se tapa? Si fuera David Beckham lo entendería, pero tampoco pasa nada si le ocurriese algo a su rostro. No perdería tanto como el inglés o De Lucas. Volviendo al caso, el máximo organismo del fútbol europeo no consideró tener las pruebas necesarias para sancionarle por llamar a Marcelo "mono". Lo mejor fue la explicación del Barça: "No dijo 'mono, mono' sino 'mucho morro'". De esto último algo debe de tener quien escribiera la alegación que tan buen resultado le ha dado al conjunto culé.
Para los que nos aburrimos con esto, con Sálvame y con los debates de Punto Pelota, esperemos que Vicente del Bosque, en junio, tire de la cadena fuerte para que consiga deshacerse bien de toda la mierda, con perdón. La Selección como bálsamo de las heridas que ha producido tanto partido y tantas tretas ajenas al fútbol (desde los charlatanes de micrófonos a los teatreros).
Otra vez, al igual que el año pasado y en 2008, la Roja tratará de unir lo que ha separado la Liga y el fanatismo.
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